JUSTICIA
(del latín iustitĭa), que, a su vez, viene de ius — derecho — y significa en su acepción propia «lo justo»
La justicia es la virtud de dar a cada uno lo que le corresponde, es decir, de organizar una sociedad según los principios de la honestidad, la equidad y la razón.
Se habla de justicia cuando se obra rectamente y conforme a la razón, o
sea, cuando se tiene la voluntad de actuar objetivamente y teniendo en
cuenta el bienestar común.
La justicia, además, está emparentada con otros valores morales como la honestidad, la responsabilidad, la equidad o la imparcialidad. Son justas, entonces, aquellas situaciones en las que triunfa la verdad y tiene lugar una correcta retribución de lo debido.
Por ejemplo, si de cuatro obreros involucrados en la construcción de
una casa solamente dos trabajan a tiempo completo y los otros dos medio
tiempo, la cantidad de esfuerzo realizado por los primeros será mayor y
deberá, por justicia, ser también mayor su retribución económica.
En la justicia es clave la distinción entre lo bueno y lo malo,
para poder castigar las acciones negativas y recompensar las positivas,
de acuerdo con lo establecido en las leyes y las normas en general. A
través de este sistema, la sociedad da a cada individuo lo que merece,
sin dar cabida a subjetividades o segundas intenciones y tomando en
cuenta lo más posible el bienestar, tanto común como individual.
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